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¡La caperucita roja!

No sé quien podría no haber escuchado el mítico cuento de la "caperucita roja". Seguramente fue una de las historias que primero escuchamos antes de dormir. La pobre niña que es devorada por un lobo y salvada por un leñador/cazador y sus variantes.

A propósito del estreno nacional de La chica de la Capa Roja, adaptación muy hollywoodense de esta historia, me puse a leer sobre los verdaderos inicios de este llamado "cuento infantil".
Si bien es cierto, ya el cuento que ha llegado hasta nuestros oídos es del todo criticable por su real enseñanza o por las preguntas que puede producir (¿qué tipo de madre envia a una niña sola por un bosque? ¿como la niña no se da cuenta de que la abuelita es un animal?, etc.), la verdadera historia sobre este tiene aún implicaciones más... como llamarlas... más de "cuento popular".

En primera, empecemos sabiendo que:
Este cuento surge en los campos franceses en el siglo XIV. En dichas versiones, el lobo conserva la sangre y la carne de la abuela y obliga a la caperucita a que los coma. Además el animal obliga a la caperucita a que se meta con el a la cama, pero la niña logra evadir la propuesta diciéndole al lobo que tiene que salir a hacer sus necesidades, el lobo se lo permite pero le amarra uno de los pies con un grillete para que no huya, es su desesperación, caperucita se quiebra el tobillo y logra huir para encontrarse con el cazador y el cuento termina con el lobo muerto y la abuela destrozada y regada por la casa.
Para la historia medieval, el hecho de beber sangre tiene un significado ritual. Es el paso de la niñez o adolescencia a la adultez, en el que la sabiduría de la anciana pasa a formar parte de esta niña en el momento en que la ingesta, volviéndola sangre de su sangre y carne de su carne...

Luego es Charles Perrault quien en 1967 enmarca esta historia de origen popular y de transmisión oral de la Europa medieval, en una serie de cuentos con moralejas, para tratar de advertir a las jovencitas sobre los peligros de hablar con extraños, a los que llama "lobos".
La historia que cuenta Perrault suprime la parte de la bebida de sangre y la propuesta del animal, pero la concluye con el lobo devorando sin compasión a la tierna niña.
Perrault, no conforme con dejarnos sin caperuza roja, decide ser aún más explícito en su advertencia a las jovenzuelas necias, que pone muy claramente una moraleja al final de la historia que dice:

Aquí vemos que la adolescencia, en especial las señoritas, bien hechas, amables y bonitas no deben a cualquiera oír con complacencia, y no resulta causa de extrañeza ver que muchas del lobo son la presa.Y digo el lobo, pues bajo su envoltura no todos son de igual calaña:Los hay con no poca maña, silenciosos, sin odio ni amargura, que en secreto, pacientes, con dulzura van a la siga de las damiselas hasta las casas y en las callejuelas; más, bien sabemos que los zalameros entre todos los lobos ¡ay! son los más fieros.

Por último en 1812, los famosísimos Hermanos Grimm realizan una ultima adaptación que es la que ha pasado a la posteridad. No solo suprimen sangre, carne, cena y moraleja, sino que añaden un final feliz a la historia haciendo que Caperucita pueda gritar y sea salvada por el leñador.

La verdad es que los cuentos que nosotr@s conocemos no son ni tan inocentes ni tan originales. La verdad sobre ellos, y no la que nos cuenta Disney, forma parte de una época y de una cultura. Claro, luego dicen que la violencia es solo de nuestra época.. ¡yo exijo justicia!

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